miércoles, 6 de abril de 2011

Día sesenta y nueve.

           Ayer hablé con él. Lo vi contento, eso hizo que me tranquilizara y de alguna manera me sintiera más feliz. Lo que deseo es que esté bien, cuidado emocional y fisicamente. Cuento los días que faltan para verlo, mirarle a los ojos, saber como piensa y siente. No quisiera que lo manipulen en mi contra, se que este fin de semana su padre se encontrará con él, si mi amiga le dice lo que piensa actualmente de mi forma de hacer, si le hablan a él, me voy a sentir fatal. Lo quiero con locura, no quisiera que pensara que alguna vez he hecho las cosas mal para dañarlo. Gracias por leerme. Maca.

martes, 5 de abril de 2011

DÍA SESENTA Y OCHO.

                                Hoy, de repente, sentí la necesidad de sentarme de nuevo ante estas páginas. Las dejé de lado hace tiempo y las vuelvo a retomar. Una tristeza increíble, me puede. La amiga con la que envíe a mi hijo confiando en su buen hacer, me ha fallado, quizá yo también a ella, nos ha faltado comunicación por ambas partes. Pero el dolor de su mail y la forma de hablarme, ha sido tan duro y cruel, que no creo que me lo merezca. No soy perfecta y nunca he aspirado a serlo, como madre he cometido fallos, pero no son irreparables. Mis hijos, los dos, son buenos chicos, pienso que son felices y tienen buena relación con su entorno y con su familia. Es importante. 
                        Quiero pensar que las palabras que me dijo, lo hizo bajo una presión excesiva, trabajo, casa, sacar adelante a su hijo y al mío... Fdo. es un chico difícil, educarlo y  ver que lo que haces no da frutos, duele y es complicado de sobrellevar. Para ella ha sido una especie de desafío, algo así como lo voy a lograr por encima de todo. Pero al sentir que no  le responde, a alguien hay que culpar y en este caso ha sido a mí.
                          No, me niego a participar en este juego macabro y patológico. Se sale fuera de lo normal ese tipo de reacción tan culpabilizadora. 
                              En toda esta historia, hay mucha frustración, rencor y resentimiento. Llevar el peso de la perfección, es muy duro.