sábado, 11 de diciembre de 2010

DÍA SESENTA Y TRES

             Mis tres flamantes reyes Magos, ondean sus coloridas vestiduras en lo alto de la terraza, todo por obra y gracia de mi hermana, que se empeñó en que no los pusiera por fuera del edificio, si no que los disfrutara yo, así, que los tengo, fijo y permanentemente observándome desde el extremo en donde me siento. Son reyes Magos de verano, como los llamo, porque el sol se refleja en sus trajes de raso verde, azul y amarillo, formando un abigarrado tono multicolor. A veces me dan un poco de yuyu, porque ¿que quieren que les diga ? guapos, lo que se dice guapos, no son. Pero ya me voy acostumbrando a sus capas moviéndose y a sus miradas estáticas, cuando pase la Navidad y los guarde de nuevo en sus cajas de cartón, seguramente...los echaré de menos.

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