sábado, 25 de septiembre de 2010

DÍA DIECISEIS

      Ayer vino, por fin, Fdo. Feliz y contento de estar donde está. Hemos hablado tanto ayer noche y hoy, que tenía la garganta seca. El me cuenta, yo le cuento, nos comunicamos muy bien, siempre ha sido así, ahora mas, porque al saber que pasará tiempo sin que nos volvamos a ver, parece que todo lo bueno de nosotros sale de lo mas profundo de nuestro interior. Es lo que hay, en todas las relaciones la historia surge de esa manera. Anoche vino su hermano cuando salió de trabajar, les preparé la cena que tomaron  los  dos sentados delante del televisor encendido,al cual no hicieron caso. Los veía hablar desde la cristalera de la terraza, me amparaba la oscuridad mientras me fumaba un cigarrillo, parecía una película sin voz, se reían, gesticulaban, uno decía algo mientras yo sentía la atención que el otro le prestaba.
              Ahora fueron a comprar unos vaqueros y unas playeras que Fdo. necesita, después almorzarán por ahí. El día de hoy lo estoy disfrutando desde que amaneció y me alegro de que usted lo esté compartiendo conmigo. Gracias por leerme, Maca.

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