domingo, 31 de octubre de 2010

DÍA TREINTA Y NUEVE

                  Sólo se oye el suave sonido de la lluvia y mi vecino, que como casi todos los días, practica sin técnica el oboe. Me he acostumbrado a escuchar esas notas desafinadas y tristes, pues es la sensación que me da. Acabo de terminar de escribir una historia en el otro blog, ahora el escribir aquí, me relaja, es como si fuera a otro lugar.
                El día que hace ahora me encanta, amaneció soleado y como de playa, pero las nubes ganaron la apuesta al sol, así que el cielo se ha cubierto de blanco y las gotas de lluvia, con su timidez característica de Las Palmas, han hecho su aparición. Hoy estoy acompañada por Suri, la perra de mi hermana, la saqué a dar su paseo de caca y pis, fue efectivo, ahora le preparo su comida como sólo una tía sabe hacerlo.
                 Hace dos días hablé con Fdo. está superfeliz, aprobando las asignaturas de las que se está examinando, hay que decir que el curso en que está es muy fácil, si no lo aprobara sería de locos. Ya sabe que va a venir en unas cuantas semanas, está muy contento. Entre otras cosas lo llamé para decirle que se aproximaba el cumple. de su hermano, para que no se olvidara de llamarlo. 
                    En fin, nada mas por hoy, muchas gracias por leerme, Maca.

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